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El orgullo, en muchas personas, es un mecanismo de defensa ante un supuesto ataque al ego, y un temor a sentirse frágil y vulnerable. Cuando entramos en este tipo de funcionamiento, no nos damos cuenta de que el reloj de la vida pasa, quedando ese tiempo perdido.

El Orgullo nos hace creer tener razón

Creemos tener razón en nuestra posición y no nos damos cuenta de que hay tantas realidades como personas. Y por tanto, tantas verdades como realidades. Ponerse en el lugar del otro es un ejercicio que puede arreglar muchos enfados. Pero es un ejercicio que se ha de hacer a dos bandas. O sea, lo han de hacer los dos implicados. Como dice el dicho en nuestro idioma el español, dos no se pelean si uno no quiere. Aquí le podríamos dar la vuelta y decir dos no se arreglan si uno no quiere.

Aquí tendríamos que hablar de los prejuicios y como nos llevan a tener malos entendidos. Cuanto más conoces a una persona más prejuicios tienes sobre ella. Pre juicios: creer que sabes perfectamente las intenciones de sus acciones.

Prejuicios e idealizaciones son las herramientas (equivocadas) que utiliza nuestra máquina de ver el futuro, «la mente», para evitar darle demasiadas vueltas a la cabeza. Tal vez necesitemos una limpieza de esas herramientas para poder relacionarnos durante mucho tiempo con las personas que queremos. Ojalá llegue ese momento!

 

Todos sabemos lo importante que es comunicar nuestros sentimientos a los seres queridos, pero pocos son los que lo hacen. Y mientras…la vida se nos escapa…

Como hemos visto hay tantas realidades, como personas. Así que más vale tratar de entendernos. Porque todos tienen su parte de razón.

Si te llama la atención el tema de cambiar las emociones, te cuesta y quieres ser ayudado con hipnoterapia, solo tienes que contactar conmigo por aquí o por mi redes sociales como facebook, instagram o youtube.