Actuar es algo que traemos de serie. Cuando somos niños tan solo «hacemos», actuamos a través de impulsos. Nos atraen los colores, los sonidos, los movimientos. La experiencia nos va enseñando lo que es bueno y lo que no lo es. Además, la educación contribuye en parte, en ese conocimiento.Y pronto, va surgiendo la necesidad de hacer las cosas bien. Entre otros motivos para que así nos valoren más y nos quieran más. Y también aparece el temor de hacer las cosas mal y sus consecuencias. Nos invitan a reflexionar ante la decisión de algo importante. Entonces llegamos poco a poco a la etapa reflexiva que junto con el temor a equivocarnos nos puede llegar a bloquear.
Es bueno reflexionar antes de Actuar
Es muy bueno tener ese tiempo para pensar en la mejor forma de actuar, pero una vez hemos decidido, hemos de actuar.
Conozco por mi propia profesión a muchas personas atrapadas en ese momento de pensamiento analítico, incapaces de actuar.
A veces, antes de hacer algo que no nos apetece hacer, nos paramos a pensar que deberíamos hacerlo pero no nos apetece. Entonces entramos en un sin fin de explicaciones de porque no hace falta que lo hagamos todavía. Y así pasa el tiempo. Y no hacemos nada más que pensar en bucle. Te invito a que lo hagas y controles el tiempo que te consume. Verás que es mucho menos que el que empleaste en pensar no hacerlo.
Otras veces no es el tiempo, sino el miedo a equivocarnos.
En el fondo, ese miedo a equivocarnos nos está hablando de inseguridades en cuanto a poder hacerlo bien, e incluso no saber muy bien lo que queremos, lo que necesitamos o lo que nos gusta. Hay mucha gente funcionando con lo que les gusta a los demás y aún no saben lo que les gusta de verdad a ellas mismas..
No hacer algo, no tomar una decisión y ponerla en práctica también es una respuesta. Y, así dejamos al azar o en los demás el resultado de esa no acción.
Particularmente creo que cuando tomamos una decisión y actuamos, las consecuencias ocurren a varios niveles. Por un lado, en nuestra propia vida diaria, por otro lado en las vidas de quienes nos rodean y por otro, en cómo el Universo «Cambia las Cartas que te reparte». Es algo así como que nos prepara otras lecciones o aprendizajes y por tanto nuestro futuro se ve alterado y transportado a otra nueva dimensión.
Cuando en tu vida hay rutina y no cambias nada, tu futuro dificilmente cambiará. Pero si no te acomodas y procuras salir de tu zona de seguridad y confort a menudo, estarás preparandote innumerables ocasiones de aprender y crecer como persona y ser espiritual que eres.
Ten miedo a quedarte en tu rutina. Abraza los cambios y prepárate para una vida plena!
Recibe un cordial abrazo.
¡Pronto en mi canal de Youtube colgaré una meditación guiada con hipnosis para trabajar la Acción!
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